La semana estuvo dominada por la incertidumbre política y datos mixtos en las principales economías. En Estados Unidos, el cierre parcial del gobierno se extendió a su tercera semana, retrasando la publicación de varios informes económicos.
Los mercados estadounidenses comenzaron la semana en un punto muerto mientras el cierre del gobierno entraba en su tercera semana, lo que paralizó la publicación de datos económicos clave. Los funcionarios de la Reserva Federal intervinieron para llenar el vacío, reforzando una postura de flexibilización gradual. La inflación subyacente se mantiene elevada: el índice PCE subyacente de EE. UU. se situó en torno al 2.9% interanual en agosto. Con el cierre gubernamental retrasando la publicación del IPC (ahora prevista para finales de octubre), los mercados se aferraron a las señales de la Fed.
Los mercados comenzaron octubre equilibrando dos fuerzas opuestas: una Reserva Federal que parecía cada vez más dispuesta a una mayor relajación y un repentino resurgimiento de las tensiones comerciales entre las mayores economías del mundo.
Los mercados comenzaron el cuarto trimestre con estabilidad a pesar del cierre del gobierno de EE. UU. el 1 de octubre, que detuvo la publicación de datos clave, incluido el informe de empleo de septiembre. Los inversores lo consideraron mayoritariamente temporal y centraron su atención en los próximos pasos de la Reserva Federal.
Los mercados pasaron la mayor parte de la semana pasada atrapados entre dos narrativas: una inflación que sigue siendo obstinadamente alta y una Fed que finalmente hizo su primer recorte desde finales de 2024.